Tecnología

Inteligencia Artificial, una ciencia que está transformando la vida humana

Lo que antes eran novedades, hoy lo oímos y lo dejamos pasar sin prestarle demasiada atención. ¿Cuánto te sorprenderías si te dijeran que, sin importar en qué parte del mundo te encuentres, tu doctor podrá ver tu historia clínica gracias a una de las tantísimas aplicaciones de Machine Learning, o incluso si escucharas que la AI (Inteligencia Artificial) detectó el virus COVID-19 antes que el cerebro humano? El desarrollo tecnológico ha alcanzado niveles inimaginables, superando cualquier expectativa.

Más allá de las barreras del pensamiento humano

La AI es un invento revolucionario a la altura de la creación de Internet. Y quizá más, puesto que tiene el poder de cambiar la vida humana más que cualquier otra invención y, además, evoluciona constantemente.

Ahora bien, ¿qué es exactamente la AI? Dicho de la forma más simple posible, hablamos de la capacidad damos a las máquinas para que piensen de forma autónoma. Esto se logra a través de sofisticadas aplicaciones de software que les permite aprender mediante la prueba y el error, de la misma manera que lo hacemos los humanos.

Actualmente, esta tecnología se aplica en diversas industrias, como las finanzas, la salud, la metalúrgica, la logística, la atención al cliente, las telecomunicaciones, la aviación, el entretenimiento y una larga lista de concreciones particulares.

Con respecto al entretenimiento, por ejemplo, uno de los primeros juegos en aplicar recursos de la AI fueron “Los Sims”, donde sus personajes crecían física y madurativamente, tenían sentimientos y necesidades biológicas que satisfacer, y, en suma, una serie de características que dotaban al juego de puro realismo.

¿El cazador se ha vuelto la presa?

Actualmente, los jugadores profesionales de poker dedican sus vidas de lleno a perfeccionar estrategias, hasta tal punto que este juego de cartas se ha convertido una pasión y una forma de vida. Varios de ellos, en sus comienzos, empezaron jugando con amigos y, a través de diversas plataformas en línea, fueron ganando no solo conocimiento de las reglas del poker, sino también reputación, técnica y, en muchas ocasiones, millones de dólares.

Una de las figuras más icónicas de este deporte es Doyle Brunson, quien ha permanecido activo en las mesas de juego durante un total de cincuenta años. Él fue el primero en ganar su millón jugando al poker, algo que muestra definitivamente su gran pasión por este deporte mental.

Ahora bien, en 2019, en Texas, un hecho agitó al mundo entero y puso sobre el tapete una serie de dilemas éticos: el cerebro humano debía ponerse a prueba en una partida contra la AI. ¿Qué sucedió?

Facebook Inc., junto a la Carnegie Mellon University, dieron a conocer un desarrollo de AI denominado Pluribus. Se trataba de una máquina que retaría sobre la mesa de poker a los mejores jugadores. ¿El resultado? Los humanos quedaron sin una sola ficha en sus monederos, pues Pluribus fue imbatible.

Este episodio histórico, que puede ser meramente anecdótico, despertó alertas entre los más expertos de todos los rincones del mundo: ¿el humano se ha encadenado a su propia creación? ¿La humanidad ha perdido el poder de elección y ha iniciado un progresivo camino, valga la redundancia, hacia la deshumanización?

La película Her (Ella), dirigida por Spike Jonza, es ilustrativa al respecto: en un futuro hipotético muy parecido a nuestro presente, Theodore Twombly (Joaquin Phoenix) se enamora de una asistente virtual de inteligencia artificial, Samantha, un programa que tiene voz femenina (Scarlett Johansson). El protagonista, un hombre solitario con el corazón roto, entabla una relación sentimental con un sistema operativo, algo que pone de nuevo este debate sobre la mesa.

¿Pérdidas masivas de puestos laborales?

Sin lugar a duda, la AI gana cada vez más terreno en la vida de las personas. Esta acelerada penetración abarca, como no podía ser de otra manera, la esfera laboral. En ese sentido, se han comentado números rojos y decretado alertas apabullantes en torno a la posibilidad de que los humanos se queden sin trabajo al ser reemplazados por las máquinas. Sin embargo, es preciso poner un manto de realismo sobre este temor, en realidad, injustificado.

Los desarrollos vinculados a la AI hacen que las industrias a nivel global se vuelvan más productivas, ya que reducen los costos operativos, lo cual redunda en beneficio de todos. Sin embargo, también hará que, en algún momento, puedan desaparecer puestos laborales vinculados a la fuerza física.

No obstante, hay que tener en cuenta que esta transformación inminente, a la vez que reducir ciertos tipos de puestos laborales, puede hacer que surjan otros nuevos, todavía inexistentes. Se trata, por decirlo de modo un tanto metafórico, de una destrucción creativa.

Sea como fuera, hay una parte que la tecnología no ha conseguido arrebatar: el juicio humano, es decir, la aplicación de la experiencia y la pericia a decisiones y prácticas críticas basadas en recursos intelectuales orientados al pensamiento creativo, al análisis y a la interpretación de los datos, además del desarrollo de estrategias. Habilidades que son parte de nuestra condición, y que serán necesarias para tener éxito en un futuro.

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