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Formas de montar a caballo

Los caballos tienen una relación antigua con las personas, que se remonta a hace unos 6.000 años, cuando pasaron de cazarlos como alimento a usarlos como medio de transporte. Así, la historia de la humanidad está ligada en muchos sentidos a su vinculación con estos nobles animales.

La equitación (práctica de montar a caballo), se origina en la Edad Media y la primera escuela formal se fundó en Italia, en 1539. Hoy en día, es considerado un deporte de élite, con varias modalidades representadas en los juegos olímpicos y otras competencias de alto nivel.

Montar a caballo puede hacerse con diferentes estilos, que se diferencian por los equipos que se utilizan, la postura del jinete y su manera de comunicarse con el animal. Si eres un apasionado de la equitación, tienes que aprender sobre las distintas formas de montar a caballo.

Estilo inglés

Se origina entre los militares ingleses, caracterizándose por la influencia constante del jinete sobre el caballo. La silla es bastante pequeña, plana y ligera, con lo que se logra mantener un contacto más directo con el animal y la rienda orienta desde la boca, haciendo que el caballo responda a cambios de dirección en la cara.

En esta forma de montar, se busca resaltar la estética del animal junto al jinete y la monta se hace inclinándose ligeramente hacia delante. Se busca mantener un paso enérgico que vaya al compás y soltura en los movimientos del caballo y el jinete.

Estilo occidental

Este nace de la necesidad de los vaqueros de moverse con comodidad sobre el caballo para realizar distintas tareas. Por tanto, utiliza una silla con una superficie amplia, distribuyendo el peso del jinete de forma más uniforme, ayudando así mantener el equilibrio en faenas como lazar al ganado.

La forma de montar occidental, se basa en hacer que los movimientos correctos sean los más fáciles para el caballo. Así, al entrenarlo se le enseña a evitar la presión, por lo que puede ser montado con la rienda suelta en una mano y manteniendo un trote que sea cómodo y suave, ideal para viajes largos.

Al natural

Aquí no se sigue un estilo particular ni reglas de equitación, predominando la intuición del jinete y su relación con el caballo. Por tanto, no se busca una estética particular y el animal se entrena estableciendo relaciones de confianza con el entrenador, para que siempre se sienta cómodo.

Un buen jinete al natural suele indicarle los movimientos al caballo con una ligera presión de las piernas y gestos suaves. Las riendas se tienden a manejar con delicadeza, a fin de que el animal no se sienta estresado o presionado en ningún momento.

En pelo

En este caso, no se colocan la silla ni los aparejos, por lo que el jinete está en contacto directo con el lomo del caballo y desarrollar musculatura en las piernas. Se considera la mejor forma de aprender a manejar el equilibrio al cabalgar, además de percibir y aprender a conocer los movimientos del caballo.

No obstante, hay que tomar en consideración que esta forma de montar tiene un mayor riesgo para el jinete, debido a que tiene menor capacidad para sujetarse. También, si tu caballo no tiene una musculatura bien desarrollada, puede llegar a sufrir molestias en la espalda con esta forma de montar.

Aunque se ahorra tiempo y el animal suda menos en la época de calor, toma en cuenta que si tiene lesiones en la zona del lomo, las mismas pueden agravarse. Además, siempre se deben elegir caballos de marcha tranquila para montar en pelo.

A la jineta

Tiene su origen en la forma de montar de algunas tribus bereberes del norte de África, en esta técnica se suele estribar corto. Asimismo, se cuenta con dos riendas, las cuales se utilizan tanto con una como con las dos manos para dirigir al caballo.

Cuando se usa una sola mano con las riendas, es posible dirigir al animal aplicando presión en las piernas. Se utilizan sillas altas con borrenes, por lo que el jinete va con las piernas encogidas y los estribos presentan una base ancha, en la cual descansa todo el pie con comodidad.

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A la brida

Este estilo ecuestre se remonta a los caballeros medievales, los cuales andaban con pesadas armaduras y complicadas armas. En este caso, las sillas suelen ser baja, por lo que las piernas del jinete van totalmente estiradas.

Los frenos que se utilizaban tradicionalmente eran de bocado, con desveno suave para facilitar la comunicación con el caballo. Por otra parte, se incorpora la espuela, que solía ser larga y terminada en punta, debido a que el jinete en este estilo de montar va con el estribo largo.

A la bastarda

También proveniente de los antiguos caballeros, es un estilo que se considera intermedio entre la jineta y la brida. Por tanto, el jinete tiene un estribo medio, en el cual se llevan las piernas algo inclinadas, pero no de forma tan marcada como lo hacían a la jineta.

Algunos consideran que esta manera de montar fue sustituyendo a la jineta, debido a que los caballeros podían controlar mejor el equilibrio con la armadura. Además, tiene la ventaja, a diferencia de la brida, que el jinete puede imprimir mayor presión al caballo con las piernas para dirigirlo.

A las ancas

Se refiere a cuando hay una segunda persona montando el caballo, el cual se debe colocar en la parte posterior. Este se sienta en la grupa, para sujetarse de la parte trasera de la silla o puede hacerlo de la grupera.

Cuando dos personas montan un mismo caballo, el segundo jinete no debe sujetarse de la cintura del que controla al caballo. Esto puede generar problemas de equilibrio y hacer que ambos jinetes se desplacen al suelo en cualquier movimiento brusco del caballo.

A la amazona

Es una forma de montar que tradicionalmente utilizaban las mujeres hasta el siglo XIX, en la cual se sentaban en sentido perpendicular a la marcha del caballo. Para esto, las piernas se ubicaban del lado derecho y tenían poco control del animal.

Su origen deriva en la creencia de la época de que montar a horcajadas, era perjudicial para la fertilidad femenina. Asimismo, el código de vestimenta obligaba a utilizar vestidos muy pesados y voluminosos, por lo que era muy difícil que la mujer tuviera otra posición sobre el caballo.

En el transcurso del tiempo, la forma de la silla para las mujeres fue evolucionando, a fin de darle más control de la montura. Actualmente, este estilo de montar aún se practica, con sillas mucho más modernas, que dan seguridad y estabilidad al jinete.

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