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10 errores que pueden dañar la batería de tu coche eléctrico

La batería es el corazón de un coche eléctrico. Cuidarla correctamente no solo garantiza una mayor autonomía, sino también una vida útil más larga y un rendimiento estable con el paso del tiempo. Sin embargo, muchos conductores cometen errores, a menudo sin saberlo, que aceleran el desgaste de este componente esencial.

En esta guía práctica descubrirás cuáles son los diez hábitos más perjudiciales para la batería de tu coche eléctrico, cómo reconocerlos y qué puedes hacer para evitarlos. Prevenir estos errores es clave para conservar la inversión y disfrutar de una conducción más eficiente.

Cargar siempre al 100 %

Uno de los errores más comunes es cargar la batería hasta su capacidad máxima constantemente. Aunque parezca lógico aprovechar toda la carga disponible, mantener la batería al 100 % durante largos periodos genera un estrés químico que reduce su vida útil. Lo ideal es mantener el nivel de carga entre el 20 % y el 80 % en el uso diario. Reservar la carga completa únicamente para viajes largos o situaciones excepcionales prolongará la salud de las celdas.

Dejar que la batería se descargue por completo

El extremo opuesto también es perjudicial. Permitir que la batería se descargue hasta el 0 % de manera habitual puede causar daños irreversibles en las celdas. Las baterías de iones de litio, que son las más utilizadas, no toleran bien la descarga completa. Si no vas a usar el coche durante un tiempo, deja la batería con un nivel de entre el 40 % y el 60 %, ya que ese rango mantiene su estabilidad química.

Exponer el coche a altas temperaturas

El calor excesivo es el enemigo silencioso de las baterías. Dejar el coche estacionado bajo el sol durante horas o en lugares muy calurosos acelera la degradación química interna. Las temperaturas elevadas también pueden afectar al sistema de gestión térmica. Siempre que sea posible, aparca en zonas sombreadas o en garajes cerrados y evita la carga rápida en momentos de calor extremo, ya que genera más temperatura interna.

Ignorar el frío extremo

El frío intenso tampoco es inofensivo. Aunque no daña de manera inmediata la batería, reduce su capacidad temporalmente y, si se repite con frecuencia, puede afectar a su rendimiento general. Antes de conducir en invierno, utiliza la función de preacondicionamiento si tu coche la tiene, para calentar la batería antes de arrancar. Así mejorarás la autonomía y reducirás el consumo energético.

Abusar de la carga rápida

Las cargas ultrarrápidas son prácticas, pero no deberían ser el método habitual. Cada vez que se utiliza un cargador de alta potencia, las celdas se someten a una mayor tensión térmica y eléctrica, lo que acelera su envejecimiento. Es preferible usar cargas lentas o semirrápidas siempre que sea posible, dejando la carga rápida solo para los viajes largos o las urgencias.

No actualizar el software del vehículo

El software de gestión de batería controla parámetros esenciales como la temperatura, la distribución de carga y la protección contra sobrecargas. Ignorar las actualizaciones puede dejar el sistema con configuraciones ineficientes. Mantén siempre el software actualizado: los fabricantes suelen incluir mejoras en la calibración del sistema de batería y en la eficiencia energética.

Conducir de manera agresiva

La forma de conducir influye directamente en la salud de la batería. Las aceleraciones y frenadas bruscas demandan picos de energía que calientan las celdas y reducen su rendimiento a largo plazo. Una conducción suave y anticipativa permite que la batería trabaje en un rango más estable, alargando su vida y mejorando la autonomía. Además, aprovecha la frenada regenerativa para recuperar energía sin forzar el sistema.

Dejar el coche parado durante mucho tiempo

Los coches eléctricos también sufren cuando no se usan. Dejar el vehículo inactivo durante semanas o meses sin recargar puede provocar una descarga lenta que afecte a la batería. Si sabes que no vas a conducir por un tiempo, asegúrate de mantener la carga parcial y revisarla periódicamente. Algunos fabricantes recomiendan conectar el coche al cargador ocasionalmente para equilibrar las celdas.

Utilizar cargadores no certificados

El uso de cables o cargadores de baja calidad o no certificados puede generar fluctuaciones de voltaje peligrosas. Estos fallos pueden afectar no solo la batería, sino también el sistema de carga del coche. Utiliza siempre accesorios originales o certificados por el fabricante, incluso si parecen más costosos. Es una inversión en seguridad y durabilidad.

Nosotros te recomendamos los de la marca WOLTIO, que cuentan con la certificación. La empresa lleva más de 15 años diseñando y fabricando al 100% sus  cargadores para coches eléctricos en España. Es la mejor opción para evitar problemas que puedan resultar en un detrimento de la batería de tu coche.

Ignorar las señales de advertencia del sistema

Los vehículos eléctricos incorporan sistemas de diagnóstico que detectan anomalías en la batería, la carga o la temperatura. Ignorar luces de advertencia o mensajes en pantalla puede agravar un problema menor hasta convertirlo en una avería seria. Ante cualquier aviso, lo mejor es llevar el coche a un servicio técnico especializado para una revisión completa. Detectar a tiempo un fallo puede salvar la batería y evitar un gasto considerable.

Cuidar la batería es cuidar tu inversión

La batería representa el componente más caro y crítico de un coche eléctrico. Su deterioro no solo reduce la autonomía, sino también el valor del vehículo. La clave está en adoptar hábitos de uso conscientes, evitando los extremos en temperatura, carga y conducción. Una batería cuidada correctamente puede mantener más del 80 % de su capacidad después de cientos de miles de kilómetros, lo que se traduce en ahorro, eficiencia y sostenibilidad a largo plazo.

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